Motor Pasión (evolución de una afición)

 

Si alguien me pregunta ¿desde cuándo te gustan los coches?, creo que la respuesta sería “desde antes de nacer”.

Posiblemente no se pueda señalar como genético el origen de una afición, pero está claro que el crecer en un entorno determinado, muy probablemente marcará tus inquietudes futuras.

 

Mi afición a los coches ha transcurrido por etapas. A medida que te vas haciendo mayor y dependiendo de tus circunstancias, la disfrutas de una u otra manera.

 

 

 

Las etapas de una afición

 

Hasta los 10 o 12 años, los recuerdos se ciñen a las fotos del álbum familiar, aquella excursión a Riofrío en el 124 Sport, el viaje a Córdoba con el 1430, en Lisboa con el 131, ... y algunos recuerdos puntuales pero intensos, que bien olía a “nuevo” ese 131 que fuimos a recoger con el abuelo, o aquellas imágenes de Super8 jugando con el Scalextric el día de Reyes, ...

 

Con 14 años, parte de mi paga se iba en comprar cada jueves “Autopista”, (la referencia de las revistas del motor de ese momento), en admirar los modelos de coches, ya fuera en fotos o a tu alrededor (como impresionaba ver elevarse el “CX” del farmacéutico, aquellos deportivos de los 80 en Puerto Banús, ...).

 

Con 18 años, los primeros ingresos se van en “dejar bonito” un coche con bastantes años y muchos kilómetros, con el que aprender a conducir y que te permitía conseguir un poco más de libertad (esos viernes a Granada para ir de “tapas”, las salidas con la gente de la Universidad, ....)

Y por supuesto, sin dejar de documentarse. A lo que antes era una revista a la semana, ahora se han añadido un par más mensuales.

Y como no se pueden tener todos los coches que te gustan; comienzas a montar tu “garaje soñado” en miniatura (ya el Scalextric no es solo para jugar, y los coches a escala comienzan a llenar estanterías).

 

 

Entre los 20 y los 30, las inquietudes y necesidades son otras, y adquieren prioridad frente a la afición.

El coche pasa a ser una “herramienta”.

Eso no quita que los conocimientos vayan aumentando (a la par que tu “biblioteca” y el “garaje soñado” en miniatura), y que cada vez vivas la afición de una manera más intensa (inolvidable ver la Formula 1 en Jerez con Senna y Mansell luchando por la victoria).

 

A partir de los 30, ya tienes claro hacia dónde se va orientando tu afición, y que maneras son las que te hacen disfrutar más de ella.

Sigues informándote y estás al día de casi todo lo relacionado con el motor (novedades, tecnología,  rallyes, formula 1, clásicos, ...)

A las revistas y  miniaturas, se añaden los libros (¡qué cantidad de bibliografía!,  ¿dónde meto tantos “cochecitos”?, ...).

Las nuevas tecnologías te permiten ampliar aún más tus conocimientos. Cuanta sabiduría y experiencia hay en los foros de Internet, en las páginas web. Cuanta información de última hora disponible al instante.

 

 

Te centras en los “clásicos jóvenes” (youg timers que dicen los anglosajones).

Das un salto más en la afición y pasas a los coches “de verdad”.

Aquellos coches que marcaron tu infancia o tu adolescencia, que para ti son algo especial por lo que significaron, para casi todos los demás no son mucho más que “cacharros viejos”, y eso los hace asequibles.

Consigo hacerme con un 124 como el de aquellos viajes de la infancia, o un CX como el del farmacéutico; o incluso mi primer Vespino, sí, sí, el mío, no uno igual, ¡que emocionante rescatarlo!.

Cuanto disfrute a cambio de tan poco; vas cambiando un modelo por otro, reorganizas tu garaje (esta vez a tamaño “real”), se va haciendo realidad lo que en tu infancia no era mas que un sueño. Como suena ese V8, y que imponente se ve el capó de ese coupé cuando eres tú el que va al volante, quién lo habría dicho hace 25 años (costaba casi como un chalet, y ahora vale la mitad que cualquier utilitario “barato”).

 

Formas de disfrutar de tu afición

 

Ahora hay que buscar una excusa para mover el coche “viejo”, o para pasar un rato entretenido. (Concentraciones, Quedadas, Rallyes de Regularidad, ....).

Esto te abre nuevas maneras de disfrutar tu afición, y conoces a otra gente casi tan “loca” como tú. Aficionados a este o aquel coche, que lo tenía su padre, con el que aprendió a conducir, ....

 

 

Te pasas el día en el coche “de diario” durante la semana, recorres más de 1000 kms de lunes a viernes; y llega el sábado, te levantas a las 5 de la mañana, te subes en un coche con más de 20 años y te haces otros 1400 kms en dos días para ir y volver a Sigüenza a una Concentración, a una “quedada” de un foro de clásicos en Salamanca, a las Fiestas de algún pueblo o ciudad más o menos lejana, ...

 

 

Cada primer sábado de mes, reservado para subir a desayunar a los Montes de Málaga con los “cacharros”. Empezamos 4 o 5 amigos, y ahora es raro el mes que suben menos de 40 coches más o menos “clásicos”. Prácticamente en todas las capitales se repiten iniciativas como ésta; reuniones espontáneas en un lugar y fechas determinadas: primer domingo de mes en Artxanda y en Navacerrada, segundo domingo de mes en Toledo último sábado de mes en Montjuic, , ...

 

 

También puedes disfrutar de una de las actividades más atractivas relacionadas con los clásicos. Los Rallyes de regularidad. Coches con un mínimo de 25 años, tan preparados o más que en su mejor época. Tablas de tiempo, mapas de ruta, cronómetros, instrumentación precisa ...; y una mezcla entre paseo turístico y competición en los tramos de carretera de antaño, que enganchan a cualquiera. Son míticos el Montecarlo histórico, el de Portugal, el Costa Brava, ...

 

Sigue aumentando tu colección de revistas y libros (pasan de mil), de miniaturas (seguro que ya hay más de 500), de fotos, de conocimientos, de amigos, ....

Pero sobre todo algo muy importante, puedes disfrutar de momentos que quedan en el recuerdo, y de buenos recuerdos que se reviven.

 

Podría extenderme mucho más en este relato pero, con este breve resumen, espero haber sabido transmitir la manera en que “he crecido” y vivo esta afición; y que os haya resultado interesante.

 

Rafa Sánchez (Rafa505)

 

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